Meditando

I N T R O D U C I E N D O N O S
a la práctica del silencio, creemos conveniente en lugar de hablar desde el primer momento de la meditación realizar ejercicios de silencio asociándolos constantemente a la vida meditativa, para dejar que el espíritu, la mente y el cuerpo se sosieguen.

Todo esfuerzo que se realiza para llegar a la calma mental y física, implica atender a ciertos factores que condicionarán el éxito de nuestra empresa; espacio físico / momento del día / preocupaciones pasajeras / dolores y contracturas... todos estos factores que complementan a nuestra voluntad de sentarnos a meditar son muy importantes. Así tambien el ser capaces de atender a ciertas reglas basicas de la meditación, centrar la mente en la respiración y un ejercicio específico de total inmovilidad del cuerpo.

La calma tiene dos formas: una es la de la vida y otra la de la muerte. La calma de la muerte reina allí donde ya nada se mueve. La calma de la vida se hace cuando nada estorba o detiene el movimiento de transformación. Por eso el cuerpo vivo está en paz cuando nada impide el movimiento de todas las funciones, como por el ejemplo la de la respiración.

La calma del cuerpo supone también la inmovilidad de todos los miembros. Se puede practicar de pie o tumbado, pero preferentemente en posición sentada. El orante se niega todo movimiento, por ligero que sea, y soporta esta inmovilidad el mayor tiempo posible. Esta inmovilidad es ya una energía que ayuda a la meditación.
 (K.G. Dürckheim)


meditation - 7.00